9.2.11. Jesús. Por tendencia natural
(Comunicación personal. 23 de julio de 2015. DEAC MUSAC. 17:30h)
Jesús es un compañero intermitente, su trabajo no le permite estar más de una temporada al año en La Rara.
El primer recuerdo del taller se remonta a la primavera de 2013. Me comenta que él se anima a venir principalmente por el tema del vídeo, por Chus y por Isabel, otra compañera que estaba esa temporada en La Rara. Estamos viendo las vídeo cartas que enviaba a Dani, su pareja en el grupo. Dice no acordarse bien ni de él ni de las cartas que se mandaron, en cambio recuerda sus primeras sensaciones al llegar al taller.
Jesús: Me llamó la atención desde el primer día la frescura y viveza con la que hablaban los demás. Celia, Marcos… era como un torrente muy fresco.
No fue hasta la temporada Rara web II cuando volvemos a ver a Jesús por el taller. Hablamos del grupo, de las diferencias o no entre personas diagnosticadas y no diagnosticadas, de lo que le aporta a él la experiencia.
Jesús: Nadie llevaba el cartel, se podían confundir perfectamente los que sí y los que no, a mi me pasó con más de una persona.
Le pregunto sobre cuales son los intereses que le movieron a mantenerse con nosotros. Si es que no encontró un taller de vídeo al uso, qué es lo que le vinculó a nosotros.
Jesús: El reto de estar a la altura de las circunstancias te ayuda a romper el cascarón, también ver como crean los demás (…) El empuje, el estímulo, me lo da estar en el grupo (…) a mí me ha servido para tomar impulso, yo por mi cuenta soy un matao.
Repasamos los vídeos que realizó sobre Vulnerabilidad y su Carta al padre. Después (en la producción de Fin de línea) tuvo que abandonar el grupo antes de acabar esa temporada.
Le volvimos a encontrar en el taller poco antes de salir para Azala, comenzamos a hablar sobre esa experiencia.
Jesús: Yo vine muy mosqueado de Azala (…) Hablamos de que hay libertad para hacer lo que queramos en el grupo y luego resulta que no.
Belén: Bueno, es haz lo que te de la gana pero dentro de las pautas del grupo, creo yo.
Jesús: Por ejemplo, cuando hicimos lo de Lorenzo ¿cómo se puede presentar uno con la idea de otro? esa fue la crítica que me hicisteis.
Jesús se está refiriendo a los ejercicios que nos propusimos hacer en nuestro primer día en Azala. Se trataban de presentaciones individuales, cortas, donde mostrarnos como personajes de una troupe.
Jesús realiza su presentación y ayuda a realizar la de Lorenzo.
Jesús: Fue una idea que se me ocurrió a mí, cómo reaccionaba una persona delante de la cámara sometido un poco a una tortura, porque tenía que estar sentado quieto, allí al sol, viendo como pasa el tiempo, un poco en plan yoga o meditación.
Presentación Jesús
Presentación Lorenzo
Jesús: Lorenzo estaba bloqueado. Quería gustarse en la cámara y por eso se nos ocurrió realizar esos planos. Él me pidió ayuda pero todo el guión fue suyo (…) yo estoy colaborando con él para darle la ilusión que tiene de su imagen.
Belén: Y ¿no sería más interesante en vez de dar algo hecho, de dar una solución, apoyar para que salga su propia idea?
Jesús: Lorenzo estaba bloqueado, quería gustarse en las imágenes. Yo me limité a seguir su guión.
Belén: Estábamos bloqueados todos, teníamos que realizar una presentación para el día siguiente. A mí en este contexto me surgen preguntas: ¿qué es colaborar? ¿ofrecer la herramienta o la solución?
Continuamos recordando los vídeos de Azala. En el segundo ejercicio estábamos divididos en grupos de tres y cuatro personas. Jesús trabajaba con Rubén y con Carlos. La película que realizaron Ultrafuturo, resultó especialmente polémica por los modos en cómo se había grabado y decidido hacer.
Ultrafuturo
Jesús empieza a explicar cómo se decide realizar ese vídeo y comenzamos un diálogo consecutivo sobre el tema.
Jesús: Preferimos escucharle (a Rubén) y además le sirvió hasta de terapia, estaba encantado por que le dejáramos hablar, le veías tan emocionado con esto, que pensábamos que estábamos haciendo una película de ciencia ficción.
Belén: Me cuesta entender dónde está lo colaborativo en este trabajo.
Jesús: A él le hemos tomado como protagonista. Estaba emocionado en su mundo y tenía un público que le estaba escuchando.
Belén: Pero ante la actitud de Rubén, si veis que estaba “en su mundo” y no haciendo una peli con vosotros ¿no podríais haber tomado la decisión de no grabar?
Jesús: Cuando vimos el resultado final, tan emocionado con lo que contaba, vimos que teníamos un cuento, una novela de ciencia ficción.
Belén: Sí, pero ¿quiénes lo visteis?, vuelvo a insistir, ¿dónde está el trabajo colaborativo en esto?
Jesús: Lo colaborativo estaba en la relación de Carlos y yo, a él le hemos tomado como protagonista de esta historia. Las decisiones son de Carlos y mías.
En ese momento Jesús reflexiona en alto sobre las diferencias que encuentra en el grupo y comenzamos otro diálogo esta vez sobre los roles proteccionistas que se ejercen en el grupo.
Jesús: Estamos jugando un partido de futbol y hay gente que cojea, otros que tienen tres piernas y otros que solo tienen una (…) Entonces, una cosa que también me echasteis en cara es el proteccionismo que tengo del otro. Me sale un poco el hermano mayor.
Belén: Se trata de trabajar entre todos, cada uno con nuestras dificultades. No necesitamos ni hermanos mayores ni voluntarios.
Jesús: Ya, pero tú eliges un papel.
Belén: Yo creo que esto del proteccionismo no beneficia la autonomía de las personas.
Jesús: Si ves que se están desarrollando, que están pasando un rato agradable y se sienten en un entorno feliz, a lo mejor…
Belén: Vale, pero ese es otro tema, ¿tú crees que este taller está pensado para que la gente pase un rato agradable y entretenido? No queremos hacer un espacio así o solo eso. Hay momentos para todo, se da por hecho el espacio de confort pero no el de protección. Creo que en este caso se está poniendo por encima el espacio de protección al de creación.
Jesús: Tú renuncias a tu creación por ponerte a disposición del otro.
En este momento dirigimos de nuevo la conversación a la película Ultrafuturo.
Belén: ¿Cuál fue entonces el proceso de negociación en la película?
Jesús: No lo hubo estrictamente, pero aprovechando eso, Rubén no era consciente.
Belén: Entonces tal vez no era el momento de hacer una peli.
Jesús: En realidad empezó siendo una lluvia de ideas para la película pero a Carlos y a mí nos pareció tan emotivo por sí solo que decidimos que la película fuera esa.
Continuamos hablando sobre cómo había sido el proceso de montaje.
Jesús: Carlos y yo decidimos dos cosas. Una, protegerle, por eso no se le ve la cara en ningún momento y otra, organizar la película como un guión de ciencia ficción.
Belén: Sí, Carlos y tú estabais decidiendo en todo momento, eso es lo que no entiendo, creo que hubiese sido mejor tal vez parar la grabación si Rubén no estaba siendo consciente de lo que se hacía.
Como se puede ver en estos diálogos, Jesús y yo no terminamos de entendernos, estamos manteniendo un debate que entra de lleno en los modos y los métodos que se activan en La Rara troupe. Primero, en tener claras cuáles son las pautas que no queremos perder como es la autorrepresentación y la asunción de múltiples miradas y modos de ser y estar en el mundo, pero sobre todo, cómo queremos experimentar en el trabajo colectivo, quién interviene en las decisiones, cómo se realizan las negociaciones, cuáles son las consecuencias de una u otra decisión, para el trabajo grupal y también para los individuos que actúan.
Continuamos hablando de los últimos vídeos que realizamos en Azala, que fueron resultado de la división de La Rara en dos subgrupos. Jesús está en el equipo con Carlos, Juanma, Susana, Marcos, Alfredo y Chus.
Comenzamos a ver la película que realizaron: Abrazos.
Abrazos
Jesús: Para mí más que un trabajo colectivo fue un ensamble… había una dirección (…) Del abrazo final, por ejemplo, yo no tenía ni idea, se ha planificado una cosa que no se había negociado.
No sé si es debido al debate que acabábamos de mantener sobre los procesos de colaboración pero noto a Jesús como él mismo había dicho al comenzar a hablar “bastante mosqueado”.
Jesús intenta buscar límites claros en un proyecto que se define precisamente por no tenerlos o por habitar en ellos. La negociación y la planificación tienen que convivir con un dejar ser que es dejar hacer o dejar que suceda. Evidentemente este dejar hacer puede partir de la voluntad de alguien en el grupo y la decisión de seguir el juego depende del deseo de colaborar en una propuesta que es lanzada según se está haciendo. De esta manera podemos entender lo negociado con los respetos del espacio de libertad individual, pero lo performado es lo que ocurre en ese espacio de libertad desde la complicidad del grupo.
Comenzamos entonces a hablar de lo que entendemos por un proyecto colaborativo.
Jesús: Lo cooperativo, participativo, colaborativo, son expresiones muy afines pero muy difusas en los bordes y continúa. Hay que crear algo nuevo, para ser colaborativo tendría que haber un director, que él no tenga las ideas pero que se dedique a coordinarlas y a partir de ahí empezar el debate de cómo representar mejor una idea, el camino estaría trazado. Colaborativo sería crear una historia en común, es muy difícil sin que nadie tome un rol directivo, sería un poco como lo de Raul Alaejos (Hola, estas haciendo una peli, 2013) donde la película se va construyendo.
Por lo tanto, Jesús invoca de nuevo a una estrategia reglada para La troupe, a jugar con reglas. Un director que no dirija pero que coordine, que aglutine ideas pero que no las tenga.
En este punto de la conversación yo me pregunto si realmente nos interesa a todos trabajar el audiovisual utilizando métodos colaborativos.
Belén: Sí, ahora encima de la mesa también tenemos esta incógnita ¿queremos hacer un trabajo colaborativo?. En realidad el proyecto siempre ha sido de autorrepresentación y primera persona, crear desde nuestras subjetividades y con la autoestima encima de la mesa, ¿Queremos comenzar negociaciones con los otros en estos términos?
Jesús: El problema es que a algunos hay que estimularlos y a otros ponerlos el frenillo.
Viendo que podemos volver a caer en diálogos previos intento dirigir la conversación hacia su persona.
Belén: Y tú, ¿dónde estás tú?
Jesús: A mí lo que me interesa es en qué medida tengo que aprender yo para sacar algo por mi cuenta. Si tengo que ser un meritorio mientras, no me importa por mi curiosidad de ver como trabaja otro, es un poco eso lo que a mí me llama.
Comienza entonces a mostrar su opinión sobre el trabajo de coordinación durante la residencia en Azala y volvemos a un formato de diálogo continuado.
Jesús: Creo que había un fuera de juego de los coordinadores. Sobre todo en lo que se refiere a responsabilidad técnica.
Belén: ¿De qué tipo de responsabilidad me hablas? Contesto yo con cierto aire ofendido.
Jesús: Bueno, me refiero a que sois los responsable si alguien se cae por un barranco, por ejemplo.
Belén: Mi responsabilidad es profesional. Me interesan unas maneras de trabajo y no otras. Yo quiero hacer las cosas investigando en lo colaborativo y con Chus porque me interesa su visión sobre el audiovisual, la no ficción, su forma de narrar, no me interesa crear un espacio para aprender a hacer un vídeo bonito.
En este momento de la conversación me encuentro dando un montón de justificaciones sobre mi trabajo y no asumiendo la responsabilidad “técnica” a la que Jesús se refería, aunque sí la responsabilidad “conceptual” que me aferraba celosamente en poner por delante.
Belén: Me interesa hasta dónde puede el arte influir y aportar a la vida de las personas. Son otros procesos, más lentos, basados en la confianza.
En todo caso, hay una idea que considero pertinente rescatar de este diálogo. Las responsabilidades que nos marcamos como grupo se pueden traducir de diferentes maneras en cada uno de nosotros y este es el caso de la responsabilidad conceptual a la que aludo, que se refiere al mantener las bases del proyecto en cuanto a su esencia colaborativa, su potencia crítica y su modo autorreferencial y confiar en ellos.
Continuamos compartiendo ideas sobre el encuentro con profesionales que realizamos en Azala. Nos centramos en concreto en la discusión que planteaba Ricardo Antón sobre la necesidad de evidenciar los intereses de cada participante en un proyecto de este tipo, de ser conscientes de los diferentes capitales que entran en juego en el proyecto y también de los retornos que cada uno espera obtener.
Jesús: En esa discusión se vieron claramente las dos categorías de liga: Por un lado Chus, tú y Alfredo, el entorno MUSAC. Por otro, Carlos y yo fuera de él y luego gente como Lorenzo, Rubén, Susana… pero ellos estaban más a la defensiva que a aprender del otro. En general yo creo que le escuchamos poco (refiriéndose a Ricardo Antón).
De nuevo encuentro en estas palabras la necesidad de Jesús por delimitar espacios y definir fronteras, “la liga del MUSAC”, “la liga no MUSAC” donde se sitúa él y “los otros”.
Terminamos la conversación con una frase que a mí me resultó un tanto desalentadora pero que resume muy bien la manera de entender Jesús el proyecto.
Jesús: Por tendencia natural en un grupo siempre es así, hay unos que lideran y otros que se suben al carro.